Los destilados clásicos como el Brandy de Jerez llevan décadas siendo la base de creaciones de coctelería en la que los bartenders han jugado con diferentes técnicas que les permiten obtener sabores nuevos y totalmente personalizados. Entre ellas, tenemos los majados, macerados e infusionados.

En todos los casos, el objetivo es saborizar el líquido, aportándole nuevos matices procedentes de otros productos, fundamentalmente: frutas, hierbas o especias.

Para infusionar es necesario que el líquido esté caliente (un ejemplo es el té) para extraer el sabor de las hierbas o especias. El inconveniente de aplicar esta técnica a destilados como el Brandy de Jerez es que evaporamos el alcohol, alterándolo sustancialmente, por lo que no es muy recomendable.

Por eso, si queremos saborizar nuestro Brandy de Jerez la técnica a emplear sería la maceración en frío. Con ella conseguimos que nuestro destilado absorba nuevas propiedades aromáticas, dando como resultado lugar un sabor diferente y único. Hoy en día podemos comprar bebidas de todas las categorías ya saborizadas. Sin embargo, macerar nuestras propias bebidas nos permite crear sabores exclusivos y aportar un rasgo diferenciador a nuestra oferta.

Hacerlo es muy sencillo, lo importante es elegir bien los ingredientes con los que vamos a trabajar para obtener un buen resultado, y ahí es donde reside la intuición y el talento de todo bartender. Para la maceración, recomendamos que uses un Brandy de Jerez Solera, el más joven de los tipos de Brandy de Jerez, pues el resultado será más equilibrado.

En primer lugar, necesitamos un bote de cristal con cierre hermético. Su tamaño dependerá de la cantidad de Brandy de Jerez que queramos macerar y los ingredientes que vayamos a utilizar en el proceso.

Y ahora viene lo más importante. Tenemos que considerar dos factores: elegir bien con qué ingredientes vamos a macerar nuestro destilado y el tiempo de maceración, de lo que dependerá la intensidad del nuevo sabor que queramos añadir. Como todo, este proceso necesita un aprendizaje, ya que hay muchos factores que influyen mucho en la maceración, como las partes de la fruta que se exponen, las cantidades, o las combinaciones de productos.

Nuestro Brandy de Jerez es un destilado de uva, por lo que tiene una parte frutal que podemos potenciar o a la que añadir nuevos matices más frescos y ácidos, con la maceración con cítricos y uvas. En el caso de los cítricos, podemos macerar exclusivamente con la piel.

También podemos incorporar notas más golosas a partir de la maceración con frutas como las cerezas o las fresas. Podemos utilizar tanto la fruta entera como en trozos, dependiendo de la intensidad que busquemos en su sabor.

Justo después agregamos la cantidad de Brandy de Jerez que queramos macerar. Ahora bien, ¿cuánto Brandy añadimos y cuánto tiempo debemos esperar hasta tener nuestra bebida macerada? Esto va a depender del tipo de fruta y de la intensidad de saborización que queramos.

Un buen ejemplo puede ser la maceración con piel de una naranja con un litro de Brandy de Jerez Solera durante un máximo de 3-4 días, ya que si lo mantenemos más tiempo pueden aparecer matices amargos.

La transparencia del bote permitirá que podamos ir observando todo el proceso y podamos apreciar perfectamente los cambios de pigmentación.  Tras la espera solo queda destapar el recipiente, colar nuestra bebida y ¡tachán! Ya estará lista para servir; bien en cócteles, con cualquier mezcla clásica o incluso sola.

GHRANDES CLÁSICOS: CHERRY BOUNCE

En el arte de los macerados siempre está permitido improvisar y experimentar con nuevas combinaciones. Sin embargo, también existen algunas recetas clásicas que suponen una apuesta segura macerar nuestro Brandy de Jerez. Una de ellas es, sin duda, el Cherry Bounce.

El Cherry Bounce, es un macerado a base de Brandy de Jerez originado en una pequeña aldea inglesa llamada Frithsden. Esta receta, cuya primera aparición data del siglo XVII, consiste en la maceración de este destilado con cerezas y azúcar en un frasco de medio galón por el periodo de tiempo de un mes completo.

Una bebida que se hizo especialmente popular en Estados Unidos durante el siglo XVIII, tanto que incluso se afirma que era la bebida favorita ¡del mismísimo George Washington!

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