El Brady de Jerez es una bebida tremendamente versátil, que ofrece un amplísimo abanico de matices y estilos. Cada casa productora imprime a cada uno de sus brandis una personalidad propia y única, que se deriva de multitud de factores:  el criterio de los maestros destiladores, el tipo de envinado de las botas de crianza, el tiempo de envejecimiento…

De ahí el éxito de este destilado en la coctelería premium actual, pues ofrece un enorme potencial a la hora de desarrollar nuestra creatividad.

Por ejemplo, en función del tiempo de envejecimiento, vamos a tener diferentes tipos de brandy y cada uno de ellos nos va a aportar matices propios con los que trabajar. Conozcámoslos un poco:

BRANDY DE JEREZ SOLERA

Con un envejecimiento de entre seis meses y un año, es el Brandy de Jerez más joven y afrutado. Es complejo pero ligero a la vez, debido a su juventud.   A la vista, nos ofrece tonos que van del oro pajizo (muy luminoso), al ámbar, con elegantes reflejos amarillos.  En nariz dominan los aromas que recuerdan a la materia prima de origen: aguardientes y destilados de vino.  En boca es untuoso y nos aporta sensaciones cálidas, con presencia de los taninos todavía algo punzantes de la madera. El alcohol está muy presente, es suave y bien integrado.

La mayor presencia del aguardiente y su carácter fresco y afrutado hace que sea perfecto para combinar con fruta tropical, cítricos, refrescos y hierbas frescas.

BRANDY DE JEREZ SOLERA RESERVA

El envejecimiento de este Brandy está entre uno y tres años. En este Brandy detectamos tonos cercanos al ámbar dorado y ciertos tonos verdosos en el perímetro de la copa.

En nariz se muestran los primeros indicios de aromas complejos fruto de un envejecimiento prolongado en roble. Detectamos también notas procedentes del vino, con recuerdos torrefactos de vainilla y frutos secos. En boca es cálido y ligeramente dulce, de una complejidad notable pero equilibrada, con cierto amargor de los taninos de la madera y una acidez muy bien integrada.

Los recuerdos a vainilla y frutos secos que nos aporta este brandy combinan idealmente con frutas de hueso, cítricos suaves, hierbas leñosas y especias aromáticas. Su punto de dulzor producto del envejecimiento lo hace perfecto con zumos, infusiones y fermentados.

BRANDY DE JEREZ SOLERA GRAN RESERVA

Este es el Brandy con mayor tiempo de envejecimiento, superior a tres años.  Aunque la normativa exige un promedio mínimo de tres años, la mayoría tienen una vejez media superior a los ocho años. Es el más añejo y complejo de todos. Toda una joya de las bodegas jerezanas.

Observamos luminosos tonos caoba, yodados y evidentes destellos verdosos en el menisco que delatan su largo envejecimiento. En nariz es muy equilibrado y armónico. Dominan las notas de envejecimiento sobre las del vino de origen -torrefactos, madera noble, frutos secos, pasas y ciruelas- y notas de su evolución en madera: alcoholes superiores, ésteres y aldehídos. Al paladar es suave y equilibrado, estructurado y dulcificado, con elegantes notas a madera noble y frutos secos. La sensación alcohólica es algo menor por estar más integrados todos sus componentes.

Las notas de caramelo y regaliz encuentran un equilibrio sublime junto a bitters, cacao o café, mientras que los recuerdos a pasas y frutos secos (especialmente si el envinado ha sido en botas de Oloroso y Pedro Ximénez) nos abren todo un abanico de posibilidades con ginger ale, anisados y piel de fruta.