Muchos establecen los orígenes de la coctelería en Grecia clásica, donde se mezclaba el vino con diferentes especias, plantas o miel para que la bebida tuviera un sabor más agradable. Sin embargo, no es hasta 1789 que aparece la primera mención  de la palabra cóctel   en el periódico satírico The London Telegraph. Uno de sus artículos enumera una serie de bebidas para fiestas, como «parfait amour», «L’huile de Venus» y un «cock-tail».

Lo que no está tan claro es el origen de este término, sobre el que se han desarrollado diferentes teorías, algunas muy sorprendentes:

Una de las más comentadas es su origen inglés, referido etimológicamente a la unión de dos términos Cock (gallo) y Tail (cola). Es decir, cola de gallo. Pero, ¿por qué cola de gallo? Pues una explicación es que concretamente en Yorkshire, existía la costumbre de cortarle las colas a los caballos de tiro, que no eran de pura sangre, es decir, eran caballos mezclados. A estos caballos se les empezó a conocer como cocktailed.  Por analogía, parece probable que el término se ampliara para designar a las bebidas elaboradas con una mezcla de ingredientes y no sólo con licores puros.

Otra versión bastante extendida se centra en la historia de Betsy Flanagan, una mujer que durante la Guerra de la Independencia de EE. UU regentaba una taberna que era muy frecuentada por oficiales de Washington y de Lafayette. Un día para celebrar una batalla, Betsy decidió preparar una comida con pollos y elaboró un ponche que decoró con las plumas de los animales. Un soldado de origen francés que formaba parte de un grupo de clientes, al probar el combinado que le acababa de preparar Betsy, gritó mezclando inglés y francés: “Vive le cock’s tail” (“Viva la cola de gallo”), frase que rápidamente se popularizó entre los soldados combatientes en aquella guerra y, a partir de entonces, con esa palabra se pasó a designar genéricamente a todos los combinados de bebidas alcohólicas.

Una de las explicaciones más plausibles es que el origen de la palabra cóctel proviene de la época colonial, cuando los taberneros almacenaban sus licores en grandes barriles. Cuando éstos estaban casi vacíos, los taberneros combinaban los posos (también llamados residuos) en un barril y lo vendían a precio reducido. Esta mezcla rebajada se vertía desde una espita, también llamada grifo. Los clientes de los bares que querían esta mezcla de alcohol más barata pedían «colas de gallo» (en inglés cock tails).

Otras versiones sitúan su aparición en la ciudad de Nueva Orleans a finales del siglo XVIII. Parece que un farmacéutico de origen francés preparaba elixires con licor para sus clientes que luego servía en hueveras, que en francés se denominan ‘coquetiers’.

Por último, otra de las teorías nos devuelve al tema de las carreras de caballos. En los caballos de carreras una cola levantada y alegre, o una cola ladeada, se considera un signo de energía y vigor.  La historia cuenta que, para ganar más dinero, los comerciantes de caballos del siglo XVIII solían meter jengibre y pimienta en el trasero del caballo, lo que haría que levantara la cola, pues los caballos con “cola de gallo” se vendían a un precio más alto. Al igual que en el caso de los caballos, el jengibre y la pimienta se solían añadir a las bebidas alcohólicas para animarlas y alegrar a sus consumidores. Aunque el jengibre y la pimienta se sustituyeron con el tiempo por amargos y otros productos botánicos aromáticos, el nombre de cóctel se ha mantenido y ahora puede referirse a cualquier bebida mezclada. Y, aunque parezca descabella, esta parece ser la más probable de todas las explicaciones, según David Wondrich, una de las máximas autoridades mundiales en la historia del cóctel.