Que la vida es cíclica, y que todo se repite, si uno espera el tiempo necesario, es algo que todos, más o menos, asumimos y tenemos claro. Las modas vienen y van, y por el medio, los clásicos siguen, ajenos a las modas, su camino constante; esperando que en un cruce llegue su momento y vuelvan a ser tendencia y llenar portadas.

El Brandy de Jerez es, sin duda, el destilado patrio por excelencia, y durante muchos años disfrutó de su momento de gloria. Su calidad es excepcional, y si, además, atendemos a su gran relación calidad/precio, no encontramos rival en el mundo de los destilados.

Sin embargo, no engancha a las generaciones más jóvenes, que hoy en día prefieren pagar tres veces más por otros tipos de destilados de menor calidad, pero de origen más exótico y lejano. Llama especialmente la atención cómo se pagan altas cifras por destilados afinados en barricas ex sherry y, sin embargo, se deja en un segundo plano al Brandy de Jerez, añejado siempre en barricas ex sherry.

Todo requiere un aprendizaje. Para aprender a valorar la música o el arte moderno, uno ha de ir abriéndose a obras y artistas, e ir así trabajando en nuestra educación. Partiendo desde abajo vamos ampliando nuestras referencias y abriéndonos a otros estilos. Así, con el paso del tiempo, llegamos a adquirir los suficientes conocimientos y experiencias que nos permiten valorar ciertas cosas por nosotros mismo.

Lo mismo ocurre en el mundo de los destilados: uno ha de probar muchos tipos (obviamente los que están de moda suelen ser los primeros) e ir después paso a paso aumentando nuestra paleta organoléptica. De esta forma, avanzando con la experiencia, llegaremos a conocer, aunque sea a grandes rasgos, los principales destilados del mundo. Una vez que se llega a este punto, no conozco a nadie que no caiga rendido ante la grandeza del Brandy de Jerez. Es inevitable.

A los bartenders nos encantan descubrirles nuevas bebidas a nuestros clientes. El Brandy de Jerez puede ser una gran sorpresa para ellos. Puede, por desconocido entre los mas jóvenes, convertirse en una opción exótica, diferente, de km0, y de una calidad increíble.

Quizá este sea su momento, el momento de la vuelta del Brandy de Jerez a los vasos y copas de los más jóvenes, nuestro deber es intentarlo. Todo vuelve.