Inaugurada en 1979 como una de las primeras coctelerías de Barcelona después de la dictadura, en aquel momento recibía el nombre de Gimlet, que era el trago por excelencia del detective Marlowe. Este peculiar espacio, cuya decoración nos transporta a las clásicas coctelerías americanas de los años 50, abrió con la intención de reunir a colegas librepensadores con ganas de beber y pasar un buen rato en un ambiente elitista y con un punto desenfadado.

Hoy Marlowe Bar es punto de encuentro de la Barcelona local y referente en el uso de productos de proximidad, de temporada y de gran calidad, por lo que no falta el Brandy de Jerez en sus creaciones, de bodegas como Lustau, Cardenal Mendoza o Fundador.

La particularidad que nos atrae del Brandy de Jerez es la gran versatilidad que ofrece en coctelería, siendo una opción nacional para todos aquellos tragos clásicos que, alrededor del mundo, se elaboran con destilados oscuros como puede ser el ron, el bourbon o el cognac. A su vez, el hecho de ir estrechamente ligado al vino generoso en sus reposos en barricas, nos ofrece múltiples variantes a la hora de dar matices a tragos con recuerdos a PX, Amontillados, etc.

Para ellos el Brandy de Jerez tiene sentido en tragos más bien secos y con pocos ingredientes complementarios, aunque funciona bien con cítricos, como la naranja o el limón.